sábado, 12 de marzo de 2011

Tornado

Cuando se quiere, pero no se sabe qué escribir,
uno tiende a desesperarse;
pues hay muchas cosas que decir
y a veces faltan palabras para expresarse.

La idea pasa una, otra y otra vez por tu mente:
ronda cual carnada juega con el pez,
hasta que hace se enganche como trucha en el anzuelo...
tomas hoja y lápiz definiendo ya un por qué.

Y escribes... a veces unas cuantas frases,
y en otras te hace falta el papel,
dependiendo de cómo esté tu alma, te desahogas...


Lloras, gritas, te enamoras...
y hasta pones el mundo al revés
diciendo que el blanco es negro,
que el ave habla tu lengua o que el cielo no está;
envías reproches a quien te hizo daño
o besos a tu príncipe azul;
ríes del rojo, que convertido en rosa, se ve pálido
y al mismo tiempo sufres porque perdió su color.

Una vez saciada la sed de tus dedos respiras...
y todo vuelve a ser lo que es...

No hay comentarios:

Publicar un comentario