Tu esencia,
hoy pálida luz,
sigue,
se pasea por mis manos
como un decir en susurros
una noche de tormenta.
Tu imagen,
lánguidamente derramada,
tras el rastro del adiós,
estalla líquida y se pierde
mientras otros ojos,
quizás,
añadan caminos
donde nunca estuve.
Tu ser incierto
sólo parpadea,
titilante,
como en una pálida noche
los luceros del silencio.
Te difuminas y te pierdes
como mis suspiros
cuando te sueño,
nochemente,
en tu hombro sin regreso.
© Francisco Pinzon Bedoya
© Francisco Pinzon Bedoya
No hay comentarios:
Publicar un comentario