miércoles, 9 de febrero de 2011

Encanto


Sus rubios cabellos brillaban al cielo,
bailando y saltando en aquel verde prado.
Una gracia inaudita de un tiempo pasado,
cobija su cuerpo como un sutil velo.

Su rostro se vuelve mi más grande anhelo,
el conquistar su alma, mi fin más preciado;
un roce de labios, un pacto sagrado
que juro abrigar con ternura y con celo.

Mi vida se vuelca en un mar de alegría,
transportando mi ser a un mundo de magia
extinguiendo esa soledad que me afligía.

Sea el amor que sientes una firme tapia,
que cimiente mi reino de armonía.
Me mataría si fuera solo labia.

No hay comentarios:

Publicar un comentario