jueves, 10 de junio de 2010

Bestia frenética


A Oliveira le gustaba hacer
el amor con la Maga porque
nada podía ser más importante
para ella y al mismo tiempo,
de una manera difícilmente
comprensible, estaba como
por debajo de su placer,
se alcanzaba en él un momento
y por eso se adhería
desesperadamente y lo
prolongaba, era como un
despertarse y conocer su
verdadero nombre.

La Maga sufría de verdad
cuando regresaba a sus
recuerdos y a todo lo que
oscuramente necesitaba
pensar y no podía pensar,
entonces había que besarla
profundamente, incitarla
a nuevos juegos.

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