![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgQNyTHqJsafNtJR-2psHWINuSeqYpsUFZl30xBG0dpGRxjsfglWFYlOkYS3OUKREMTC4uve4MCe1q2qanUjODpQht3be8y0aC9vmkpHDQKY5H8d6U1-N-kSH-nVPRa5zbjgmU4Vsl25lEy/s320/hada_sobre_flores.jpg)
No estábamos enamorados,
hacíamos el amor con un virtuosismo
desapegado y crítico, pero después
caíamos en silencios terribles y la
espuma de los vasos de cerveza
se iba poniendo como estopa,
se entibiaba y contraía mientras nos
mirábamos y sentíamos que eso era
el tiempo.
Más de una vez la vi admirar su cuerpo
en el espejo, tomarse los senos con las
manos como las estatuillas sirias y
pasarse los ojos por la piel en una lenta
caricia.
Nunca pude resistir el deseo de llamarla
a mi lado, sentirla caer poco a poco
sobre mí, desdoblarse otra vez después
de haber estado por un momento tan sola
y tan enamorada frente a la eternidad de su cuepo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario