Yo que crecí dentro de un árbol tendría mucho que decir,
pero aprendí tanto silencio que tengo mucho que callar
y eso se conoce creciendo sin otro goce que crecer,
sin más pasión que la substancia, sin más acción que la inocencia,
y por dentro el tiempo dorado hasta que la altura
lo llama para convertirlo en naranja.
No hay comentarios:
Publicar un comentario