podía ver mis sueños virtuosos,
flotando
Bajo la lluvia con mis manos
podía devanar el etéreo arco iris
y enredarlo en tus cabellos de sol.
En la noche las pulsantes estrellas
eran luciérnagas que cobraban vida
si pensaba amoroso en
En la soledad del silencio cómplice
elaboraba rapsodias, sonatas y adagios
para abrasar tu infértil corazón.
Podía ver tu
auroras boreales de tus ojos aqua fluyendo,
y creí que sentías lo que yo sentía.
En el profundo
utilizaba tu sangre brotando para dibujar
en mi lienzo de
Pero mi amor cristalino y singular,
nunca fue suficiente ni valioso
para tu abismo vacío y fatal.
Con el arma filosa y sutil de tu voz,
convocando dioses y demonios del ocaso,
tu
Hoy mi corazón, en bradicardia galopante,
se petrifica y erosiona en la distancia y en el tiempo,
disolviendo un amor, que jamás volverás a ver.
Esta es mi última canción para ti
que se perderá en el espinazo de la noche
como un epitafio para un amor que no pudo ser.
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