miércoles, 23 de noviembre de 2011

Luz y vida


De muy joven, era pudoroso y trataba
de estar a oscuras al hacer el amor.
Pero en las oscuridad tenía los ojos abiertos
de par en par para ver al menos algo,
gracias al débil rayo que se filtraba por la persiana.

Después no sólo se acostumbró la luz, sino
que la requería. Cuando comprobaba que su
acompañante tenía los ojos cerrados,
la obligaba a abrirlos.

Y un día comprobó con sorpresa que hacía
el amor con la luz encendida pero que cerraba los ojos.
Hacía el amor y recordaba.

Oscuridad con los ojos abiertos.
Luz con los ojos abiertos.
Luz con los ojos cerrados.
El cuadrante de la vida.

© Milan Kundera - La inmortalidad

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