martes, 6 de julio de 2010

Dormir


Era cierto que Traveler dormía poco,
en mitad de la noche suspiraba como
si tuviera un peso sobre el pecho
y se abrazaba a Talita que lo recibía
sin hablar, apretándose contra él
para que la sintiera profundamente cerca.

En la oscuridad se besaban en la nariz,
en la boca, sobre los ojos, y Traveler
acariciaba la mejilla de Talita con una
mano que salía de entre las sábanas y
volvía a esconderse como si hiciera
mucho frío, aunque los dos estaban sudando;

después Traveler murmuraba cuatro o
cinco cifras, vieja costumbre para volver
a dormirse, y talita lo sentía aflojar
los brazos, respirar hondo, aquietarse.

De día andaba contento y silbaba tangos
mientras cebaba mate o leía, pero Talita
no podía cocinar sin que él se apareciera
cuatro o cinco veces con pretextos
diversos y hablara de cualquier cosa.

Pero era cierto que Traveler dormía mal,
Talita se lo repetía retóricamente mientras
lo miraba afeitarse iluminado por el
sol de la mañana.

Una pasada, otra, Traveler en camiseta
y pantalón de pijama silbaba prolongadamente
La gayola y después proclamaba a gritos:

<<¡Música, melancólico alimento para los que vivimos de amor!>>

© Julio Cortazar - Rayuela Capitulo 44

1 comentario:

  1. cómo me suena todo esto...y no sólo por Rayuela...
    no será Talita lo que la Maga lleva dentro? Y Traveler la parte de Horacio que éste no muestra?

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